CUANDO LA ENCRIPTACIÓN PROTEGE A LOS MALOS
Como divulgadores tecnológicos en Red-Handed Computer Club, hemos escrito sobre Telegram, la Deep Web y el cifrado, herramientas que defienden la privacidad del usuario. Pero la reciente oleada de noticias sobre el uso de estas mismas herramientas por parte de terroristas, estafadores y pedófilos nos ha dejado una profunda inquietud.
¿Qué responsabilidad tenemos, como divulgadores, ante este uso indebido? ¿Hemos facilitado, sin proponérnoslo, el anonimato de los criminales?